jueves, 14 de abril de 2016

11.04.16
Entrevista #4

La búsqueda de algo más, por una estudiante
“Indiani es una tienda y marca de ropa enfocada en Venezuela”, así me dijo la nueva gerente de la sede en Las Mercedes, Karmaly. Ella es una estudiante del Instituto Americo Vespucio y trabajadora a la vez, que me contó a través de varias preguntas su experiencia y respondiendo ante el objetivo que yo buscaba.

Tiene un año y medio trabajando, casi dos. Desde que cumplió los 18 años, decidió empezar a trabajar por cuenta propia. Inició en algunas tiendas, ya que le comentaban que era la manera más cómoda y accesible para los estudiantes que buscaban un empleo e independizarse, pero me reveló que no le iba muy bien, hasta que entró en Indiani. Actualmente trabaja de 2:00 a 7:00 de la tarde menos los domingos, que los tiene libres. Con el tiempo, ha pasado de asesora a gerente de la tienda, incrementando así su tiempo los martes y los jueves, teniendo que estar lista para trabajar a las 11:00 de la mañana.

Desde que empezó a trabajar en dicho lugar no ha visto relevantes variaciones. Se sigue manejando el mismo tipo de clientela, y respecto a los empleados, uno se retiró y desde entonces hay dos nuevos. Claramente, el ritmo ha sido menor. Menos ventas, menos clientes, menos productos y más altos han sido los precios. Anteriormente, los clientes podían pedir varios modelos y varios diseños a la vez, pero ahora la tienda manda a hacer los diseños más populares en una cantidad determinada, y algo pequeña.

Su opinión y experiencia sobre estudiar y trabajar en estos tiempos que vive Venezuela se inclina a la relatividad, ya que depende del orden y del tiempo que administre cada persona para crear así la accesibilidad en cada uno.

“¿Por qué la tienda se enfoca en Venezuela?” decidí preguntar. Me respondió que, iniciando con que el dueño es bastante nacionalista, desarrolló sus diseños con dicha influencia. Desde un inicio tomó ese curso y fue cosechando frutos. Con el transcurso, ha creado varios clientes fijos que los buscan por su esencia única y diferente, y que no poseen diseños tradicionales. En pocas palabras, el nacionalista atrae a una población de carácter nacionalista, como lo son los venezolanos, y encontrando así, el éxito.

Dicho esfuerzo debe tener su parte positiva, como también su parte negativa, pero Karmaly me hizo ver que la balanza se inclina más por las cosas buenas. La principal que ella encuentra es la independencia, ya que dejas de vivir a cuenta de tus padres para salir y pedir dinero para comprar. Lo segundo está en la madurez que te hace crecer como persona, pues, me afirmó que no es la misma desde que empezó a trabajar, ya que ahora se sabe manejar mejor a nivel general y con más enfoque a la hora de tomar decisiones. Me refleja ambas cualidades que le vio a la idea de trabajar, cuando me cuenta que dejó de estudiar en la U.C.V y se pudo cambiar al Instituto donde actualmente estudia por su cuenta propia, y para ejercer lo que más le gusta, Idiomas Modernos. No lo hizo por simple capricho, sino que se dio cuenta que, a pesar que la Universidad Central de Venezuela es pública y cómoda en el aspecto económico, no estaba estudiando lo que quería, y por ende, no tenía el mejor promedio como para cambiarse a la carrera que le interesaba.

Para hallarme algunas consecuencias de trabajar y estudiar a la vez, tuvo que pasar unos segundos para pensar algunas razones. Al rato me logra comentar que el cansancio incrementa. Al comienzo es algo inevitable, pero con el tiempo, uno se adapta y va logrando un equilibrio en su energía externa e interna. Éste se conecta con la segunda razón, que incluye el tiempo que maneja cada persona. El tiempo se vuelve más complicado para administrarlo, por lo menos si buscas tener un buen promedio y seguir ejerciendo las distintas actividades que maneje una persona.

Por ser un viernes en la tarde, quise finalizar con saber cómo les fue esta semana. Me reveló que lo regular en ventas es 60.000-70.000bsf, pero que en estos días se logró fue vender 30.000-50.000bsf, hasta llegar a final de la semana, que lograron llegar a su meta semanal. Comparando con sus primeros días de trabajo, me dijo que desde un principio las ventas eran flojas, ya que inició en septiembre, donde la temporada no se luce mucho. Fue en diciembre el mes donde vendían y vendían, hasta que llegó enero y volvió a un ritmo lento otra vez. Depende de la temporada, pero más depende de la situación económica del país.
11.04.16
Relato observacional #4

El final del día
El domingo 10 de abril, por ser parte del staff del campamento Terecay, tenía mi primer entrenamiento del año, que constó de estar en un rally en equipo, por casi toda la ciudad de Caracas. La última posta se encontraba en el Parque Morichal, ubicado en Prados del Este. Este posterior punto constaba de esperar a que todos los equipos llegaran para hacer el cierre de la actividad. Mi equipo llegó de cuarto lugar, y ya que éramos 8 grupos, decidí tomar una fotografía mental.

Llegamos, e inicialmente nos tuvimos que sentar en los bancos de cemento sin color y sin techo, como tenían otros. Atrás de nosotros, había unas escaleras del mismo material y con barandas de color blanco, que daban a un espacio techado sin algún contenido, exceptuando las columnas blancas y de metal que soportaban el peso. Al lado de ese vacío espacio, estaba el soportador de piñatas, aclarando que ese lugar es para algún evento infantil.

Delante de nosotros, se veía la principal atención del parque. De cerca, estaban varios tubos de colores, que daban la forma de una montaña la cual los niños podían escalar. Más atrás, otros tubos daban forma de una serpiente, el cual varios chicos pasaban por debajo y también por arriba. A los lados, estaban los túneles de colores verde y azul, pero éstos no eran las atracciones principales del lugar.

Atrás a la izquierda, detrás de una pequeña colina llena de grama, se encontraba una atracción que solo en películas había visto. Dos amigas se ofrecieron a enseñarme. Era un palo de metal en el centro, donde en el tope aguantaba 6 cadenas, que al final de ellas tenía unas barandas de varios niveles para diferentes tamaños, todo de color naranja. Mis amigas se pusieron una en cada extremo, agarraron una baranda y empezaron a correr al sentido de la rueda que estaba en el tope de la columna central. Llegaron a una velocidad tan alta, que decidieron detenerse, sin parar de reír. Por la gracia que les causó esto, decidimos ver el resto del pequeño parque, mientras que los demás equipos, el Morado, el Verde y el Blanco, se quedaron hablando en los bancos del principio, reflejando cansancio, alegría y desconfianza en algunos rostros.

Seguimos la travesía, donde observamos una de las principales atracciones llena de tubos de colores que daba la forma de un camaleón, pero según una compañera, que no se cansaba de insistir hasta llegar a un punto de molestia en ella, decía que era un dinosaurio. Por su actitud, nos gustaba seguir insistiendo que era un camaleón, ya que nos causaba gracia sus acciones. A los lados veíamos niños en columpios, corriendo por caminos verdes y riendo, y por el otro lado, donde había otros bancos de cemento, estaban sus padres junto a un vigilante del parque, que por sus rostros se notaba cómo querían que llegara el tiempo para regresar a casa.


Sonó el pito del guía principal de la actividad cuando el sol ya se estaba ocultando y daban las 4:30pm. Nos reunimos e hicimos un juego de cierre breve, ya que el vigilante del parque nos estaba corriendo del lugar. Por lo visto, para hacer una actividad con un grupo en ese lugar, se debe pedir permiso anteriormente. Salimos y seguimos a La Trinidad, a casa de una de las directoras del campamento, para darle un final al día.
04.04.16
Entrevista #3

Mariana en el aire

Mariana, aparte de ser una amiga incondicional desde hace 7 años, hace telas como hobby. Me enteré recientemente y es esto lo que llamó más mi atención.

De por sí, mi amiga es de espíritu libre, y al descubrir esta actividad fue como alimentar su alma, según sus palabras. Inició hace ya casi un año, pero dice que le tiene un gran cariño, tanto así, que logró hacerlo también en su casa. “Es solo cuestión de comprar la tela y guindarla en algún huequito de tu techo” me dijo de forma graciosa.

Le pregunté por algún capítulo de miedo haciendo telas. Me llegó a contar que ya al momento que pasaba los movimientos básicos, hubo un día que se iba cayendo gracias al mal amarre de la tela, pero cayó de pie y no estaba a una larga distancia. Agregó historias graves que si le han pasado a algunos de sus compañeros, como uno en los árboles de la U.C.V. Un chico montándose para amarrar la tela, perdió el equilibrio y se fracturó unos cuantos huesos. Ella solo espera que nunca pase por eso.

Me dijo que como tal su grupo de telas no hace presentaciones ni nada por el estilo, así que para verlos sería asistiendo a algunas de sus clases. Como mucho, se toman fotos y graban algunos vídeos.

Es tanto la pasión que le ha agarrado Mariana a esta actividad, que en un futuro desea enseñar e instruir a otros a hacer telas y transmitirle la felicidad que le causa a mi amiga.


Finalizamos practicando un poco de esta actividad que te hace estar por los aires.
04.04.16
Relato observacional #3

Los devotos y los murciélagos

El domingo por la tarde decidí asistir a la misa, en la parroquia más cercana de mi casa. Desde que asistí a misa en Semana Santa de este año, noté el nivel de personas que van porque quieren, y los que van por compromiso.

Me quedé parada presenciando la misa desde atrás, donde podía observar los monumentos de los distintos santos que siguen a Jesús. A mi lado, por ejemplo, se encontraba imagen de la Virgen de Coromoto. En esa iglesia les gustaba decorarla: en el altar se encontraban letras de cartulina recortadas que decían “Jesús es misericordioso”. A un lado de la parroquia, un afiche enorme con la imagen de Jesús y la tradicional frase “Jesús confío en ti”. Al otro lado los ventanales de colores y monumentos de santos.

En fin, mi objetivo estaba en las personas.

A mis lados poco a poco me iba acompañando más gente, gente impuntual (La misa ya había iniciado). Frente a mí se encontraban algunos bancos, donde estaban en su mayoría personas de la mayor edad, niños y algunas mujeres.
En esa parroquia hay 2 padres, el cual la gente los conoce más cómo el “viejo” y el “joven”. Me había tocado el viejo. Lento y tranquilo era, pero cómo se sentía, por las sonrisas de algunas personas, su fe y su buena santidad. De resto, caras serias y unas pocas tristes.
Mi atención se fue un poco con la llegada de mi odontóloga, ya avanzada la misa. Me habló un poquito, y al inicio de la segunda parte de la misa, sacó el celular. Cómo hay gente que no sabe que responder a las palabras del sacerdote, qué saca el celular y que comulga después de eso.

Algo muy sencillo que hace esa parroquia para reconocer a los que asisten cada domingo a misa ahí, y los que no, es en el Padre Nuestro. Al final de la oración, ahí no dicen “Amén” sino “De todo mal”, siguiendo el final del rezo. En el momento se escuchó de la mayoría “De todo mal”, pero del espacio donde me ocupaba, el favorito de los que llegan tarde, no se escuchó nada o solo un “Amén”.

Los rostros seguían iguales, las manos atrás, apoyadas del banco de adelante, en el aire o cruzadas.

La paz. En ese momento se notó por la cara de algunos la incomodidad, las sonrisas forzadas, los buenos deseos que de verdad transmitían algunos y así. Yo recibí de algunos el sudor de sus manos, por ejemplo. No se descontroló el templo en ese momento, solo le daban la paz a los de sus lados, al de al frente, y si es que el de atrás; por lo menos la mayoría.

Muchos comulgaron. Eran largas las colas para recibir a Jesús. Al momento de, la gente se arrodillaba y rezaba con los ojos cerrados. Otros, solo lo hacían parados o sentados.

Llegó la bendición final y el desastre para salir. Era incontable la cantidad que solo salía apurado, sin despedirse del Señor. Igual, el Padre se despedía de la gente en la salida de la iglesia. Se notaba el cariño recíproco en algunos, mientras que otros prendían su carro y se largaban.

“¡Hasta el próximo domingo!” era la despedida solo de algunos.


viernes, 25 de marzo de 2016

28.03.16
Segunda observación

Una noche de colores

Sábado por la noche en La Quinta Bar. Ya eran más de las 12 de la madrugada cuando la banda “Los Colores” dio inicio a su toque, y ya era pasado el comienzo cuando logré conseguir estar cerca de la pequeña tarima del bar. El sudor era inevitable en los espectadores y en los músicos, gracias a la estructura de ladrillos y madera que tenía el lugar, apartando los brincos y las voces al ritmo de las canciones.

Todos de pie, hasta los que tenían la oportunidad de sentarse. Jóvenes de 18 hasta edades más elevadas sencillos de vestir, cantando, bailando, tomándose algo; en pocas palabras, disfrutando el momento.

Baterista, bajista, nuevo tecladista y guitarrista, y por supuesto, el vocalista líder. Dicho personaje, el último que nombré, al momento de las canciones cómo le gustaba cambiar la letra, elevar o bajar los tonos y decir comentarios que no todos entendían. Presentó dos nuevas canciones de su próximo álbum, y el resto del álbum que ya todos conocíamos, y que ellos ya estaban hartos de tocar, según Alejandro, el cantante.

El show duró unos 45 minutos, dejando con hambre a los fanáticos extasiados en el momento, que por lo menos tuvieron la oportunidad de luego hablar con algunos de los integrantes.


Al terminar, el público decidió ir a bailar, tomar, fumar o sencillamente hablar en las distintas áreas que posee el local.

La noche seguía siendo joven.

miércoles, 23 de marzo de 2016

28.03.16
Segunda entrevista

A kilómetros del hogar

De Caracas a Santo Domingo, República Dominicana. Javier, siendo menor de edad, tuvo que abandonar su país natal el año pasado junto a su familia, y como a cualquier mortal, le afecta. Aunque se cohíba de ello, es joven y tiene visión al futuro. Es esto lo que llama mi curiosidad.

Por razones de distancia, pero con los avances tecnológicos que compartimos hoy en día, tuve que recibir respuestas concretas, pero igual con el resultado que quería.

Me interesa saber cuál es la motivación de los jóvenes al migrar a otro país. Al preguntarle “¿De qué forma quieres cambiar al mundo?”, me respondió que quiere que la tecnología llegue a todos los sectores educativos, sin importar las posibilidades económicas. En su opinión, cree que todos deben disfrutar de las facilidades que la tecnología aporta la educación. Seguidamente, mi segunda pregunta se conectaba con la anterior, al querer saber cómo se imaginaba en su futuro. Su visión da a un Javier exitoso, a un empresario que contribuye con nuevas tecnologías.

Muchos escuchamos que “cómo el venezolano no hay”. Fue dicha frase que me hizo preguntarle: ¿Cuál es la mejor esencia venezolana que no existe en ningún otro rincón del mundo? Teniendo como respuesta que no hay una característica que no exista ya en otro lugar, pero resaltando lo caluroso y receptivo que es el venezolano.

Para culminar, le quise preguntar qué es lo que más le gustó del país donde reside actualmente. Me comentó que se parece mucho a Venezuela, en el sentido que la gente es amable, bochinchera y acogedora. Un país que está en crecimiento y avanza bastante rápido.
Al cerrar mi sesión y prestarle atención a las primeras preguntas, noté que se me había olvidado que quería estudiar este venezolano.

Javier quiere ser un ingeniero en sistemas y cambiar al mundo.

lunes, 21 de marzo de 2016

18.03.16
Primera entrevista

La tarde con Julio

Viernes por la tarde y con atraso en la estación Teatros, que me hacía perder minutos con Julio y perder mi etiqueta de puntual.

Plaza Venezuela, el punto de encuentro. Caminatas iban y venían con el ritmo apurado de los caraqueños. Al momento que logramos sentarnos en algún rincón de la ciudad y poder comer nuestra tradicional mandarina, quise dar inicio a mi espontánea entrevista.

La primera curiosidad que apareció en mi cabeza y dictaron mis labios fue: ¿Cuándo eres feliz? Mi mente y mis oídos supieron que era algo complejo decir con simplicidad cuando uno lo está y que las emociones son difíciles de denotar, pero logré escuchar que lo está, cuando hay una cantidad de cosas positivas para él, y que no lo dejan y no deja que se vayan, ya que generan un tanto de consecuencias que lo dejan sonreír de verdad, y no como una sonrisa de fotografía.

Decidí continuar con “¿Qué es lo que más admiras del ser humano?”, obteniendo como aclaratoria inicial que él, Julio, tiene un conflicto con el ser humano, y que una de las razones es él mismo. Decidió responder que admira la capacidad que tiene la persona en cuanto a las percepciones, y como uno puede irse dando cuenta de los diferentes puntos de vista a medida que uno va creciendo y conociendo otras personas. En el cierre que él le da a esta pregunta, Julio comenta que, en las personas en general existe el Caleidoscopio donde puedes ver un número de colores y los puedes unir, y afirmando que el ser humano es un eterno Caleidoscopio.

Mi mente despertó una de mis miles de curiosidades, y quería saber su opinión respecto a qué le falta y le sobra al mundo. Me dijo que para explicar dicha pregunta, hay que tomar en cuenta la locura de poner puntos, comas y acentos donde no deben estar, queriendo llegar a su punto, que es que el mundo está lleno de personas así, que sirven pero a la vez no, y que dan creación al conformismo, cosa que le irrita a Julio, ya que se considera un chico muy pasional. Continúa, afirmando que, algo que también sobra en este mundo, es gente que quiere trascender, pero que hagan cosas para ello, es otro tema que le hace falta al mundo.

Para finalizar, quise saber qué es lo que le hace tener una alta autoestima. Inició diciendo que de niño tenía una baja seguridad de sí mismo, aunque sea un ser lleno de emociones. Me comentó que a temprana edad uno construye la base de su autoestima, pero que suele ser con arena o papel, ya que no sirve de mucho al tiempo que te llenes de buenos conceptos e ideas de otros y de ti mismo. Se dio cuenta que, con el paso del tiempo, es extremista, ya que, de no tener nada de autoestima, saltó a ser un egocéntrico, siendo en parte una estrategia para evitar sentirse mal. Le alegra ser juzgado a veces de divo, ya que prefiere eso que sentirse mal por no encajar en los canales de la sociedad. Después de ese largo preámbulo, respondió que le da seguridad la cantidad de cosas que puede pensar, hacer y creer con libre expresión y en cualquier momento, cosa que encuentra extraña por estar en el país donde reina la inseguridad y que está llena de personas con potencial y talento que no logran desatarlo.

De 2:30 a casi las 3:00 de la tarde nos tomó compartir estas palabras y terminar nuestra mandarina. Nuestra salida del viernes 11 de marzo continuó por las calles de Caracas, agarrados de la mano.